domingo, 22 de enero de 2012

Abrí una galleta de la fortuna en Facebook y el mensaje fue claro "es hora de abrir tu corazón".

 
Cómo han cambiado los tiempos. A día de hoy una de las cosas más increíbles que te puede suceder  es que esa persona, sí esa persona en la que piensas desde que te levantas hasta que te acuestas, acepte tu solicitud de amistad en Facebook. Increíble, siempre y cuando no lo haga tres meses después. Claro que más vale tarde que nunca, pero para dos personas completamente desconocidas esto crea en la primera un total desconcierto. ¿Qué pasó esos tres meses? y lo primero que se te viene a la cabeza es “estaba con alguien”.

Tres meses más tarde ahí estaba yo en un sitio totalmente desconocido, ¿qué pintaba yo allí ahora?. Sí, yo seguía pensando en ella, pero no de la misma manera que cuando la conocí, no.  Durante ese tiempo que estuve en “stand by” entre sus solicitudes pendientes me dediqué a odiarla mucho, mucho, muchísimo, e intenté desesperadamente olvidarla, más me valía. Junto con mi experta amiga vagaba por los bares buscando eso que me había pasado con ella, lo de las mariposas en el estómago, esa sensación tan rara como que se te va a salir el corazón del pecho, lo de los escalofríos cuando escuchas su voz…no podía ser tan difícil y yo estaba dispuesta a no sufrir por amor, ¿amor?, ¡sí hombre! buena era yo, la persona más dura sobre la faz de la tierra, el apodo de la dama de hierro deberían habérmelo puesto a mí y no a Margaret Tatcher. Lo poco que le costaba a mi amiga, cada semana encontraba una persona diferente con la que ocupar su mente… me daba una rabia, “¿por qué no me pasará a mí lo mismo?” No había manera, nada de lo que veía llamaba mi atención, nada tenía toda esa gente que ver con ella. Con ella, con una persona que ni siquiera conocía, ¿no es de locos?.
 
Tres meses después ahí estaba aceptando mi solicitud de amistad como si tal cosa, sin previo aviso, con toda su cara. No sé muy bien que sentí, si odio, miedo, ilusión, amor…o todo a la vez, un verdadero conflicto de sentimientos.
Mi primer pensamiento fue borrarla inmediatamente, “¿qué se ha creído?”, pero claro, cómo iba yo a borrarla si en realidad me moría por saber de ella, por conocerla, por volver a verla, lo había dado todo por perdido y ahora estaba ahí, entre mis amistades, le daba a la pestaña de amigos, escribía su nombre y ahí aparecía, ¡la tenía en mi Facebook!.
 
Eso del amor desde luego que no era para mí, yo que era la persona mas fría del mundo estaba de pronto 24 horas pegada al móvil esperando ver una publicación suya, una notificación en mi Facebook, un mensaje. 
El Facebook tiene una opción de lo más interesante, se llama “ocultar en noticias” y esto te sirve para cuando tienes a alguien y quieres fingir como que no está entre tus amigos, lo ocultas en noticias y ya no aparece en el inicio. Esta opción, es de lo mas útil para gente con una gran fuerza de voluntad, aquí se desmorona mi apodo de la dama de Hierro, pero a mí de poco me sirvió, a los dos días ya estaba escribiendo su nombre en búsqueda y metiéndome en su perfil.


“¿Qué demonios querrá?”, “¿le importaré yo algo?”, “¿habrá tenido una rabieta con quien fuera que estuviese y decidió darle a aceptar?”, “¿se habrá arrepentido?”, “¿me borrará?”.  Sí, claro… ¿qué podía hacer yo frente a alguien con quien ha compartido todos los días de su vida durante unos meses, un año, dos…? si existiese un grupo en Facebook que se llamase “vivo con el miedo de que vuelva con su ex” yo habría sido su fan número 1.  Yo y mis inseguridades.
 
Mi venganza fue dejar de actualizar mis estados en Facebook para que así, si por algún casual sí que le interesaba, no supiese nada de mí, pensase que no me importaba y se volviese loca, loca como estaba yo desde que la tenia en mi Facebook, o quizás desde antes, sí, desde que la conocí. Quien mejor que yo para dar a entender algo que no es, yo, que soy la reina del disfraz, sólo yo decido quien tiene el privilegio de conocerme y quien no.
 
Hay un dicho parecido a esta frase, “dime qué foto del perfil te pones y te diré quién eres”. Nuestra carta de presentación en Facebook. Puedes decir cientos de cosas por la foto del perfil de alguien. Están por ejemplo los que las usan para mostrar sus aficiones, ¿que te gusta el tenis?, pues subes una foto de una raqueta y a correr, ahí está la foto de tu raqueta, ya todo el mundo sabe que te encanta jugar al tenis o bueno, que tienes algún tipo de fijación con las raquetas. Otros las usan para mostrar lo muy enamorados que están y lo felices que son con sus respectivas parejas. Unos lo son de verdad y a otros les gusta el rollo ese de aparentar que llevan una vida perfecta. Pues bien, quedándonos con la sección A del grupo de enamorados, pues no quiero entrar a opinar sobre esas personas que ni les va ni les viene; que eso de tener un novio o una novia es un mero complemento en su vida, sigo con mi relato.
He de decir que igual que yo, por lo general, publico tonterías y ni pienso en lo que publico, ella no solía publicar en vano; casi siempre había un mensaje detrás de sus publicaciones.
Mi sorpresa llegó cuando se cambió su foto del perfil y se puso una con una chica; pero no una chica cualquiera no, la chica del álbum, esa con la que aparece felizmente en la conocidísima ciudad del amor. Yo capté rápido su mensaje. Vale, tus peores temores se han cumplido, ya está. ¿En realidad te sorprendes? Tú sabías que este día llegaría, no te iba a elegir a ti. ¿quién eres tú? Si ni siquiera te conoce...
 
Me aguanté toda la noche sin dormir pensando en porque había decidido como dice ese grupo de Facebook “aparecer de repente a tocar los cojones” tres meses después para esto. Aunque también supuse yo que en la última persona en la que había estado pensando todo este tiempo era en mí o en lo que yo podía sentir.
Si yo le daba igual, ella a mí más, la iba a sacar inmediatamente de mi vida…un golpe de ratón y ella desaparecería para siempre. A penas dudé.
 
Yo, muy fiel a mi estilo, fingí frente a los demás que no me importaba en absoluto, vamos, con decir que me lo creí hasta yo. ¡Qué mentira tan grande!. Lo cierto es que mi corazón estaba lleno de tristeza, odio, resentimiento y ALIVIO, un gran alivio porque ella ya no estaba allí. Me sentí libre, ya no tenía que preguntarme si sus publicaciones eran para mí, qué estaría haciendo o dejando de hacer…ella ya no formaría nunca parte de mi vida.
 
Fui incapaz de entender que igual ella sentía lo mismo…¿cómo iba a ser verdad?, su corazón estaba ocupado cuando yo la conocí. No la creí.
Me llevó un tiempo darme cuenta que estaba equivocada y que era la niña, y digo niña porque a fin de cuentas es lo que soy, mas ridícula del mundo.
Había hecho daño a esa persona a la que al final…sí que le importaba algo.



S.

jueves, 19 de enero de 2012

De aldeas a grandes cuidades.

Nunca he escrito nada, pero hoy en este mismo momento me ha dado por ahí. Posiblemente tenga mucho tiempo libre y por eso he decidido cerrar mi pestaña del Facebook y abrir un blog.


 Cómo es la primera que escribo algo, lo voy hacer de una manera limpia, entendible y sincera, no os espereis palabras complicadas, pero aviso, no todos podreis  entender lo que voy a escribir sólo podrán hacerlo los que sepan entenderme.
No mucho tiempo atrás, para mi eso de conocer a una persona especial no existia, no estaba dentro de mi vida,no lo entendia…era totalmente inculta en ese tema y ¿por que? en ese momento no lo sabia. Mis amistades siempre tuvieron a su lado una persona especial,un compañero/a, una pareja, ¿qué miedo no? para ellas no, para mi lo era. Era una ciudad que no queria visitar, ni aunque estuviese a 5min o 10 en coche, me daba terror. Asi que lo que hacia era visitar pequeñas aldeas pero no ciudades y mucho menos las grandes. Un dia vi el plano de una…pintaba muy bien, asi que decidi poco a poco trasladarme, con miedo, pero queria intentarlo me hablaban tan bien de esos viajes…que me moria por saber como era la experiencia.
Cuando estaba haciendo las maletas cada vez metia más y más ropa…pero no sabia por qué yo seguia, se me habia ido de las manos. Poco después ya estaba instalada, estaba alli y a medida que pasaba el tiempo la sentia  más mia, todo lo que visitaba me fascinaba; su encanto, sus calles ,algunas más oscuras que otras , pero yo me arriesgaba y las transitaba incluso de noche. Se me estaba quitando el miedo ,no me reconocia ,si habia 9 grados yo sentia 20, en ese momento era la ciudad de mi vida y no pensaba jamás en abandonarla.

 Nadie me habia asegurado un microclima, asi que no supe ver llegar el mal tiempo, me cegué y no saqué la ropa de invierno. La tormenta me alcanzó y yo prácticamente estaba en chanclas, aún asi no sabia que hacer si cogerme el billete de vuelta o seguir muriendo de frio, no habia llevado ropa de abrigo, nadie me habia avisado….posiblemente tenia que haber mirado más las noticias. Un dia decidi irme, esa ciudad dejaba de ser mia, y el buen tiempo no iba a volver, por lo menos para mi, asi que me fui. Volvi, y cómo siempre pasa después de un viaje largo, cuesta volver al origen. No era capaz de pensar que al despertarme cada mañana no iba a ver el mismo paisaje, ni transitar por esas mismas calles, me habia acostumbrado a todo lo que me rodeaba de ella, era angustioso y sabia que era imposible volver, pero del mismo modo que supere el miedo al hacer ese viaje, pude guardar esas imágenes en la recámara y recordarlas como un viaje equivocado, pero en el que habia aprendido muchas cosas, entre ellas saber que no seria mi última equivocación.

Tuve un tiempo que ni siquiera hacia excursiones, no queria conocer nada, mis maletas estaban en el armario, necesitaba encontrarme y alguien me prometio que lo iba hacer y asi fue. Volvi a mis orígenes, a las aldeas…me entretenian unas más que otras pero algo dentro de mi queria volver a visitar una gran cuidad ¿masoquismo? no…una vez que haces un viaje asi, necesitas repetir porque las sensaciones que sientes son increíbles, asi que me dedique a observar como estaban las ofertas…pero ninguna llamaba mi atención. Cuándo deje de buscarlas, me apareció una y tuve la sensación de que era para mí, pero tenia un miedo horrible cuando se me aparecia…¿la reservaba? ¿la compraba? ¡Que hacia!, me meti en : "ver más información acerca de"...y me gustó, esa ciudad me encantaba. 

Decidí hacer las maletas de la manera más inteligente y lenta que pude, esta vez tenia que ser prudente y precavida. Opté por hacer medio equipaje e irme sólo a visitarla temporalmente, era verano y hacia calor. Estuve unos dias y me sedujo, pero no queria encariñarme con sus calles, ni con sus paisajes…cuando vi que las calles se me hacian algo estrechas la abandoné, pero se me olvidó algo de equipaje del mismo modo que tenia la otra mitad en casa, estaba hecha un lio no sabia si volver a por él o dejarlo. Pasados unos meses volví…no me pregunteis cómo, porque ni yo lo sé, lo que sé  es que regresé con todo otra vez…pero con todo tipo de ropa, sobre todo de abrigo, iba preparada para cualquier cosa y esta vez estaba dispuesta a dejarme llevar, parecia prometer…las calles cada vez me dejaban mas espacio para caminar, y siempre tenian luz aunque fuese invierno. Parecia ficticia…no me podia creer que estuviese tan cómoda en una gran ciudad como aquella! Como no existe la ciudad perfecta, alguna vez tuve que abrigarme bien pero siempre volvia el calor. Estoy cometiendo un error porque hablo de ella en pasado, (seguro que esto ya no me lo publican!)pero aún sigo en ella…y pocos turistas duraron aquí,  estoy segura de que no la supieron visitar bien, pero puedo entenderlos porque no me fue fácil, estuve estudiándome el plano meses…hasta que un dia deje de necesitarlo y comencé a pasear a mi manera, recorriéndome todas las calles y puestos!. 

Hoy por hoy quiero quedarme aquí, no quiero conocer otras, puede haber una tormenta ya lo sé, pero si la puedo combatir lo haré, por ahora ya he pasado el invierno aquí y apenas senti frio…¿sera la mia?no lo sé, sólo sé que me recorre el miedo al sentirme tan cómoda, mucho más que en la anterior visita, porque está tiene algo que nunca ví ni sentí, pero os digo de verdad que sentir miedo por algo que te encanta y cada dia te envuelve más es mucho mejor que no sentir nada, yo os animo a que cuando sintaís que debeís hacer un viaje lo hagáis, podeís arrepentiros si, pero no hay nada peor que arrepentirse de algo que no habeis hecho.


M.